Apoyando a la Industria desde 1958

Archivo mensual: marzo 2014

 

Hay un dicho popular que dice “más ayuda el que no estorba”. Luego de todo un periodo gubernamental el cual se ha caracterizado por una confrontación constante contra la empresa privada, la mayor colaboración que pueda dar cualquier gobierno, si quiere que este país logre obtener mejores resultados de la economía, es que deje trabajar al sector productivo.

Por años las exportaciones han tenido importantes crecimientos positivos, gracias al esfuerzo puramente del sector privado, que ha salido ha conquistar mercados a pesar de las condiciones adversas para producir que tenemos en El Salvador y la agresiva competitividad en el extranjero y a los incentivos que otros países les otorgan a su sector productivo.

Sin embargo durante el mes de enero esas exportaciones han caído casi 16 puntos porcentuales, debido a los obstáculos de este gobierno, principalmente por la entrada en vigencia de las inspecciones no intrusivas. 

Mientras sigamos poniendo trabas a la apertura de nuevos negocios, introduciendo leyes que pasan en la Asamblea sin la debida discusión o haciendo de lado las opiniones del sector privado,  y siendo aprobadas en la madrugada para cambiar las reglas del juego de un día para otro, jamás seremos un país atractivo para los inversionistas.

Si tan solo nuestros políticos y funcionarios cumplieran con las leyes que actualmente tenemos, y se respetara nuestra institucionalidad, si cada quien hiciera el rol que le corresponde tuviéramos una nación más próspera.

Los industriales hemos insistido que es importante que el próximo gobierno  adquiera un compromiso de respetar la democracia y la constitución, sin pretender cambiar las reglas del juego a la medida del ganador.  Un compromiso de respetar la separación y la independencia órganos del Estado.  Un compromiso de respetar la ley, la vida, la integridad de las personas, la propiedad privada, y la libertad de cada salvadoreño de emprender sus propios sueños o de trabajar en lo que quiera.  

Por nuestra parte como gremial en representación no sólo de los empresarios sino de los miles de trabajadores de la industria, los que generan el 23% del PIB, los que producen el 92% de todo lo que exporta El Salvador y generan el 40% de los trabajos formales de este país, vamos a trabajar con el nuevo gobierno y ofrecer nuestras propuestas para construir un mejor país para todos, siempre y cuando el nuevo gobierno demuestre respeto por el sector empresarial y una sincera voluntad de trabajar de la mano con nosotros y de respetar la constitución, la democracia, y el Estado de Derecho, que son requisitos básicos para lograr la prosperidad de una nación.

Por El Salvador creemos que es importante que emprendamos un verdadero diálogo constructivo, un diálogo no solo para tomar la foto sino para que construyamos la base de un país que progrese y que camine por el sendero de la prosperidad. Vemos con tristeza como en los últimos años nos hemos ido estancando en discusiones estériles que no contribuyen en nada, a la tan necesaria estabilidad que esperamos los salvadoreños.

Desde la Asociación Salvadoreña de Industriales, hemos venido insistiendo que es urgente  tomar medidas para frenar el acelerado deterioro de nuestra economía. Debe entenderse que la lógica del empresario es hacer negocios, no bloquear acciones gubernamentales, nosotros no somos enemigos, por años los empresarios hemos sido aliados del desarrollo de El Salvador y lo seguiremos siendo.

Sin embargo vemos con mucha preocupación como hemos ido perdiendo competitividad frente a nuestros países vecinos. Hemos insistido que la inestabilidad jurídica, la excesiva tramitología, el irrespeto a nuestra institucionalidad son un obstáculo para el crecimiento.

Si tan solo los gobiernos y las demás instituciones del Estado cumplieran con lo establecido en el Artículo 101. Inciso 2° de nuestra Constitución que dice: “El Estado promoverá el desarrollo económico y social mediante  el incremento de la producción, la productividad y la racional utilización de los recursos. Con igual finalidad, fomentará los diversos sectores de la producción y defenderá el interés de los consumidores.

Y el Artículo 102. Inciso 2° dice: “El Estado fomentará y protegerá la iniciativa privada dentro de las condiciones necesarias para acrecentar la riqueza nacional y para asegurar los beneficios de ésta al mayor número de habitantes del país.

¿Acaso no es la misma Carta Magna la que nos manda a garantizar un clima favorable para atraer  la inversión? ¿No es nuestra constitución que dicta que debe respetarse y fomentarse a los sectores productivos con la finalidad de generar el desarrollo económico y social?

Nos hemos convertido en un país que produce muchas leyes, decretos, iniciativas, políticas, pero seguimos siendo el país que menos crece de Centroamérica y no porque no tengamos la capacidad. Tenemos la mejor mano de obra de la región y una industria muy fuerte que está lista para ese despegue económico.

No podemos encontrar ningún modelo exitoso para el desarrollo económico y social de un país si no es a través de la creación de riqueza por los sectores productivos. Tal como lo plasmaron nuestros constitucionalistas.

Y es que los Estados no pueden pretender distribuir la riqueza que no tienen ni producen, y mucho menos pueden pretender generar riqueza sin antes propiciar las condiciones básicas para atraer una constante inversión en actividades productivas.

Pero no se puede exigir inversión y confianza a los empresarios mientras al mismo tiempo continúe su desprestigio.  Cuando tengamos instituciones fuertes, y seguridad jurídica entonces estaremos asegurando la inversión.

Tenemos un ambiente cargado de incertidumbre política que ahuyenta la inversión, los constantes eventos electorales cargados muchas veces de violencia y de discursos en contra de la empresa privada es otro de los factores que nos impiden el crecimiento.

Si no quitamos todas estos obstáculos jamás lograremos encontrar el camino del desarrollo económico y social que desde hace muchas generaciones venimos esperando los salvadoreños.

 

¡SI NO AYUDAN, NO ESTORBEN ¡Imagen